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Control para ahorrar calefacción en el momento justo

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Las tecnologías evolucionan y con ellas llegan nuevos sistemas de calefacción más innovadores y eficientes. Los avances de los últimos años nos presentan nuevos escenarios en los que el confort y la eficiencia están asegurados a través de soluciones cada vez más completas como modernos sistemas de control.

Ahorro y mucho más: ventajas de una calefacción más tecnológica

Un sistema de climatización más nuevo permitirá crear un hogar más inteligente, que se traduce en ahorro, confort y mejor funcionamiento de los equipos que utilicemos. En resumen, hará nuestra vida más fácil.

Los principales beneficios son:

  • Ahorro: el poder programar la calefacción en el momento en que se necesita supone un ahorro mensual de hasta un 20%. Además, permitirá una gestión más eficiente de tu tiempo.
  • Confort: olvídate de estar pendiente de la temperatura: con los nuevos termostatos conectados podrás encender o apagar la caldera o la bomba de calor estés dónde estés.
  • Sostenibilidad: controlar la calefacción en todo momento hará que consigas un ahorro de energía que es positivo y beneficioso para el medio ambiente.

Para lograr este ahorro, necesitamos de un sistema de calefacción más tecnológico con dispositivos electrónicos conectados que optimicen el funcionamiento del equipo en tu hogar. Entre sus ventajas están la comodidad que supone tener el control de su calefacción en todo momento. Pero, el mayor beneficio viene acompañado del ahorro que proporciona en el hogar, hasta un 30% de en la factura de electricidad o gas. 

¿Tenemos datos para justificar estos valores? ¿De dónde vienen?

Tipos de controles

Repasamos los diferentes tipos de sistemas de control que hay en la actualidad en nuestro mercado y que, además de comodidad, traerán a tu hogar un ahorro en la factura de luz o gas.

  1. Termostato de calefacción tradicionalse trata del sistema de control más tradicional. Tiene un funcionamiento e instalación sencillos, equipado por un ajuste mecánico manual que permite aumentar o disminuir la temperatura del lugar en cuestión. El apagado o encendido de la caldera ocurrirá cuando se logre la temperatura deseada. La precisión de esta, sin embargo, no suele ser muy exacta, algo que va directamente ligado con un menor impacto en el ahorro de combustible. Las calderas antiguas cuentan, en su mayoría, con este sistema de control.
  2. Termostato de calefacción digital no-programable: a diferencia del primero, este control funciona a base de sondas electrónicas y viene acompañado de una pantalla dónde poder ver la temperatura ambiental. El uso de sondas puede mejorar la precisión y repetividad del control de temperatura suponiendo un ahorro y un consumo más eficiente y sostenible, sobre todo si es un control modulante. A pesar de sus ventajas, como el control no es programable, reduce la capacidad de adaptar la gestión de la calefacción a la ocupación de la instalación.
  3. Control digital programable o cronotermostatose aleja de los sistemas básicos previamente mencionados y se acerca a un equipo más tecnológico. Los controles programables se caracterizan por poder configurar los periodos en que el sistema proporciona las temperaturas deseadas. Esto permite tener la calefacción encendida antes de llegar a casa o poder apagarla cuando estemos fuera. Además del confort en el hogar, supondrá un ahorro en el consumo de energía de hasta un 20%. Los sistemas de control de climatización más modernos ofrecen prestaciones de pre-calentar en función de las características de la casa, para optimizar confort y ahorros.
  4. Controles de calefacción digital con WIFIson los sistemas de control más innovadores del mercado en la actualidad. La diferenciación se encuentra en que la gestión de la temperatura se puede realizar mediante apps en tu propio smartphone, visualizando la graduación de la temperatura y pudiendo ajustarla o programarla de forma remoto. Eso sí, para realizar dicho control digital es necesario contar con un sistema de calefacción de última generación conectado al WIFI del hogar o disponer de un dispositivo electrónico en la misma que permita dicha conexión. Su uso es muy sencillo y, aunque supone una mayor inversión, su mayor eficiencia mejora los potenciales ahorros a largo plazo. En el momento de la instalación de cualquier tipo de control para un sistema de calefacción se deben tener en consideración cuestiones como si se prefiere inalámbrico o de pared, el nivel de confort / ahorros que se quiere conseguir, los servicios conectados disponibles, el uso que se le dará, si se querrá únicamente para calefacción o para climatización, etc.

Si este invierno buscas el sistema de control ideal para tu hogar, consulta las últimas innovaciones y podrás controlar la temperatura desde tu aplicación de una forma intuitiva y sencilla.

Después de leer esto ¿has sentido la necesidad de tener que cambiar el termostato de casa?

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Fuente: blog eco-lógico Vaillant

¿Hasta qué punto influye el sistema de calefacción que escojamos en nuestra salud y nuestro bienestar?

La temperatura y la humedad tienen una influencia decisiva sobre nuestra salud, en ocasiones de formas que ni siquiera solemos tener en cuenta. De esto se desprende que el sistema que empleemos para calentar nuestra vivienda debe de tenerla también. ¿Hasta qué punto esto es así? ¿Realmente son unos sistemas de calefacción más saludables que otros?

Cuando hablamos de temperatura de confort cabría distinguir entre las preferencias personales (temperatura de confort personal) y la temperatura establecida como ideal de manera estadística. Según IDAE (Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía), dicha temperatura ideal en un espacio cerrado será, como norma general, de 21º. Decimos “como norma general”, porque el uso al que esté destinado dicho espacio influirá mucho (por ejemplo, en el caso de los gimnasios, la temperatura ideal baja hasta los 18º), pero podemos decir que, en lo que concierne a una calefacción doméstica, será de 21º.

deshumidificador

Por otra parte, cuando hablamos de bienestar en casa solemos olvidar que en realidad la temperatura es solo uno de los factores de la ecuación; el otro es la humedad. Ambos están irremediablemente unidos y se influyen mutuamente (la temperatura alta reduce la humedad, la humedad alta cambia nuestra sensación térmica…) Eso sí, en el caso de la humedad, a diferencia de lo que ocurre con la temperatura, el rango de lo aceptable es muy amplio, se sitúa entre el 50% y el 60%, aunque aún se consideran aceptables valores entre el 40% y el 70%. 

Ahora bien ¿hasta qué punto influye esa ecuación temperatura-humedad sobre nuestra salud? Lo cierto es que lo hace de una manera destacable y que la lista de perjuicios que se derivan de un mal equilibrio no es precisamente pequeña, como veremos a continuación. 

Temperatura elevada, humedad baja.

Generalmente, las temperaturas de calefacción elevadas suelen resecar el ambiente. Estos son algunos de los perjuicios de ese desequilibrio: 

  1. Un ambiente reseco influye directamente sobre nuestro organismo deshidratando nuestras mucosas respiratorias. Esto no solo produce malestar, sino que además facilita la acción de virus y bacterias.
  2. Además de las mucosas, también se seca la piel, dando lugar a picores y problemas de dermatitis.
  3. El calor excesivo disminuye la presión arterial, lo que da lugar a que nuestro cerebro reciba menos sangre, lo cual, a su vez produce esa sensación de embotamiento y la clásica cefalea por calefacción.
  4. El calor excesivo también impide el descanso correcto. De hecho, aunque hemos indicado que la temperatura ideal es de 21º, ese es un calor excesivo durante la noche. Mientras dormimos lo ideal es bajar el termostato a entre 15º y 17º. Lo cual, en la práctica, equivale a apagar la calefacción en muchas regiones de España. 
  5. Uno de los aspectos menos conocidos de la temperatura excesiva es su relación con el aumento de peso. Esto ocurre porque, no necesitando quemar grasas para regular la temperatura durante la noche, cuando la inactividad hace que su temperatura descienda, el cuerpo las almacena.
Mujer tosiendo

Temperatura baja, humedad alta

Por debajo de 17º la percepción de que podemos compensar las bajas temperaturas dentro de casa con más ropa de abrigo es falsa. De forma parecida a lo que ocurre con la temperatura excesiva, el frío y la humedad deprimen nuestro sistema inmunológico y pueden afectar también a nuestra salud.

  1. Las bajas temperaturas y la humedad favorecen la proliferación de microorganismos, mohos y bacterias, que en presencia de corrientes de aire quedarán en suspensión e introduciremos en nuestro organismo mediante la respiración.
  2. La humedad también aumenta la posibilidad de contraer enfermedades como el asma, la sinusitis y otras dolencias respiratorias.
  3. También aumenta el dolor en personas con problemas reumáticos.

Suelo radiante, la tecnología de emisión más saludable.

De todo lo anterior se desprende que del sistema de calefacción con que contemos dependerá, y mucho, no ya nuestro confort, sino también nuestra propia salud. Eso sí, hay que aclarar que, teniendo en cuenta que prácticamente todos los sistemas de climatización se apoyan en generadores que se instalan en el exterior, lo que realmente influye aquí es el sistema emisor, es decir, la tecnología que empleamos para distribuir el calor por el interior de la vivienda.

Si ponemos sobre la mesa las ventajas e inconvenientes de las tres tecnologías más empleadas (radiadores convencionales, suelo radiante y fancoils), hay un claro ganador desde el punto de vista del confort y la salud: el suelo radiante.

Las mayores ventajas del suelo radiante son su gran estabilidad a lo largo del tiempo, la uniformidad con la que reparte la temperatura en el espacio y el hecho de ser un sistema de baja temperatura.

Gracias a su uniformidad y a que se trata de un sistema de baja temperatura, con el suelo radiante evitamos las corrientes rápidas de aire. Al no haber apenas aire en movimiento, es más difícil que el polvo y los microorganismos queden en suspensión y los respiremos.

Además, con esta tecnología el calor procede del suelo y, por decirlo de alguna manera, lo “sentimos de abajo arriba”. En cambio, con los otros dos sistemas, el aire caliente sube desde sus puntos de emisión hacia el techo y allí se acumula hasta que empezamos a sentirlo de “arriba abajo”, lo que provoca el embotamiento de cabeza del que ya hemos hablado antes.

Suelo radiante pies

Por último, pero quizá más importante, gracias a que trabaja a baja temperatura, la influencia del suelo radiante sobre la humedad ambiental es mínima; no se producen ni condensaciones ni resecamiento del ambiente. Así pues, si la humedad está dentro de los rangos aceptables por sí misma, podemos estar seguros de que nuestro sistema radiante no tendrá influencia sobre ella. Y si no lo está, podremos devolverla a los valores aceptables mediante métodos independientes (ventilación habitual y mejora del aislamiento de la vivienda…). 

En definitiva, podríamos decir que no solo influyen en nuestra salud la temperatura y la humedad sino también el sistema emisor que empleemos. Y en este punto no cabe duda de que no hay mejor opción que una instalación de suelo radiante. Si además combinamos este sistema de emisión con un generador 100% limpio, que funcione a base de energías renovables, como es la bomba de calor, no solo estaremos contribuyendo a nuestro bienestar personal, sino también a limitar nuestro impacto en el entorno reduciendo nuestras emisiones de CO2

Fuente: blog Saunier Duval

Ahorra en tu factura con válvulas termostáticas

Válvula termostática - Inhogar

Hacer un uso eficiente de la calefacción puede ayudarnos a ahorrar energéticamente y sobre todo económicamente.

A principios de año todo sube, y es muy importante llevar el control de los gastos en nuestros hogares. ¿Sabías que con un pequeño gesto puedes ahorrar bastante? Gracias a las válvulas termostáticas.

¿Qué son las válvulas termostáticas?

Las válvulas o llaves termostáticas se componen de dos partes: la válvula termostatizable (que une las tuberías de la instalación de calefacción con el radiador) y los cabezales termostáticos (elementos sensibles al calor que abren, cierran o regulan el caudal del agua en el radiador en función de la diferencia entre la temperatura de la habitación y la temperatura a la que queremos estar).

Dentro de los cabezales termostáticos, el usuario puede elegir desde el modelo más sencillo (de mando manual, que permite abrir o cerrar el radiador) hasta los más sofisticados (cabezales integrados y cabezales electrónicos).

¿Dónde instalarlas?

Aunque las válvulas termostatizables deben instalarse en todos los radiadores, la normativa recomienda instalar cabezales termostáticos solo en salones y dormitorios. Si se instalaran cabezales termostáticos en todos los radiadores del edificio y se cerrasen todos a la vez al alcanzar una buena temperatura, la caldera se quedaría sin circulación, lo que generaría problemas de funcionamiento.

¿Cómo deben usarse las válvulas termostáticas?

Dado que las válvulas termostáticas regulan la temperatura de las habitaciones y las adaptan a la temperatura de confort que se desea alcanzar, si el radiador está frío o tibio en la parte inferior el usuario debe tener presente que quizá se haya alcanzado la temperatura ambiente deseada y que por eso se haya interrumpido el flujo del agua caliente.

También se recomienda tener en cuenta:

  • En caso de ausencias prolongadas durante el invierno se recomienda ajustar la válvula en la posición antihielo (T).
  • Durante el verano (con el sistema desactivado) se recomienda ajustar la válvula en el número más alto.
  • Antes de abrir las ventanas es mejor cerrar la válvula: el aire frío que entra en el ambiente causa la activación inmediata del flujo de agua caliente y, por lo tanto, un inútil derroche de calor.
  • No cubrir el cabezal termostático, para asegurar su funcionamiento correcto.

En Inhogar tenemos válvulas termostáticas para ayudarte a ahorrar.