La iluminación en las habitaciones puede afectar a todo: al sueño y a tu capacidad cerebral. Cada iluminación sirve para un propósito, dependiendo del uso que le demos a la estancia la iluminación podrá ser de: ambiente, funcional y acento.

-Iluminación ambiental: iluminación general, ilumina toda la habitación con luz ambiental que llena la habitación.

Lámpara de araña, una lámpara colgante, rieles de iluminación o apliques de pared.

-Iluminación funcional: ilumina un área de trabajo o lectura con luz más brillante.

Lámparas de escritorio o las luces de la cocina, lámparas colgantes o rieles para cosas específicas.

-Iluminación de acento: Resalta áreas particulares, como piezas de arte o una estantería.

Los apliques de pared suelen ser las luces más comunes de este tipo.

Tu bombilla será tu fuente de luz, por lo que el tipo de bombilla que elijas determinará cómo se verá la luz. Hay cuatro tipos básicos de bombilla que se suelen usar en todos los hogares:

  • Bombillas incandescente: estas son las bombillas tradicionales, que la mayoría de nosotros hemos usado durante décadas, y las cuales empiezan a desaparecer en favor de opciones más eficientes. Producen una luz cálida y brillante, pero suponen más gasto a fin de mes y contaminan.

 

  • Bombillas fluorescentes compactas (CFL): Emiten un tono más frío, pero puedes encontrarlas en una amplia gama de niveles de brillo y temperaturas, utilizan un 75% menos de energía que una bombilla incandescente. Por lo general, tienen una duración más amplia. Hay que tener en cuenta que las bombillas CFL contienen cantidades pequeñas de mercurio, por lo que es necesario llevarlas a un punto limpio.

 

  • Bombillas LED: Igual de eficientes que las bombillas fluorescentes, y hasta 3veces más duraderas. Tiene el mismo aspecto que las incandescentes, pero son más eficientes, se calientan menos y duran mucho tiempo. Al ser bombillas muy beneficiosas pueden ser más caras.

 

  • Bombillas halógeno: emiten una luz blanca brillante, similar a la luz natural. Ideal para la iluminación funcional. También utilizan un 10-20% menos de energía que una bombilla incandescente.

Algo muy importante a tener en cuenta en las bombillas son el brillo, que se mide en lúmenes, por lo que cuantos más lúmenes más brillantes serán las bombillas, estas son unas estimaciones generales de los lúmenes que deberían de tener cada espacio.

Bombillas para cocinas: 5.000-10.000 total lúmenes.

Bombillas para baños: 4.000-8.000 total lúmenes.

Bombillas para habitaciones: 2.000-4.000 total lúmenes.

Bombillas para salones: 1.500-3.000 lúmenes.

Bombillas para comedores: 3.000-6.000 lúmenes.

Bombillas para despachos: 3.000-6.000 lúmenes.

Si necesitas ayuda o saber más sobre nuestras bombillas, podréis comunicaros con nosotros por estos canales:

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