La factura de la calefacción en invierno supone un gasto elevado para cualquier hogar, pero ¿Sabes que puedes estar pagando por un calor que se escapa de tu casa?
Una casa mal aislada o por la que se pierde el calor por otro motivo, genera muchos euros de pérdidas al año. Si apagas la calefacción y el calor desaparece rápido, puede que tengas un problema. La pregunta es: ¿Por dónde se va el calor y cómo evitar las fugas? Te contamos todos los detalles en este artículo.
En España más de la mitad de los edificios se construyeron antes de 1979, cuando todavía no se había aprobado la normativa sobre el aislamiento térmico, por lo que sufren pérdidas de calor, sobre todo, a través de los denominados puentes térmicos, es decir, zonas en las que se transmite el calor o el frío, por ejemplo, el marco metálico de una ventana.
¿Cómo saber si la vivienda pierde calor?
- La prueba de estanqueidad, que en inglés se denomina blower door, que mide la cantidad de aire que entra o sale de la casa de forma no controlada.
- La termografía. Es una cámara con la que podemos visualizar el calor de los objetos. En una vivienda se puede utilizar para detectar fugas de agua o de calor, por ejemplo.
Este tipo de pruebas se pueden realizar cuando se hace una reforma en casa o cuando se construyen viviendas de obra nueva, pero también son aconsejables cuando se paga una factura de electricidad o de gas muy elevada, para saber si hay fugas.
En una vivienda los puntos débiles por donde se escapa el calor suelen ser el techo, las paredes, ventanas y puertas y el suelo.
¿Por dónde se va el calor de tu vivienda?
En todas las viviendas existen puntos débiles que pueden suponer que consumas más energía de la que necesitas. Según datos de Ecoisola:
- El 30% del calor se fuga por el techo. El tejado de la vivienda está expuesto a lluvia, nieve, viento y bajas temperaturas, por lo que es fundamental que esté bien protegido y aislado, de forma que no transmita el frío a la estructura del edificio.
- El 25% se pierde por las paredes, las ventanas y las puertas mal aisladas. Las paredes deben tener un aislamiento adecuado y las ventanas y puertas deben estar bien colocadas, cerrar bien y estar correctamente selladas.
- El 7% se escapa por el suelo. Aunque por el suelo no se pierde un porcentaje muy alto de calor es lo que está en contacto con nosotros, lo que pisamos, por lo que se puede aplicar aislante y colocar alfombras.
¿Cómo disminuir la pérdida de calor en una casa?
Para evitar que el calor se vaya de la vivienda y que la factura de la calefacción aumente, se pueden tomar varias medidas como las siguientes:
- Coloca cintas o burletes en las ventanas para evitar las fugas de aire.
- Evita tapar los radiadores o poner delante muebles. Por ejemplo, una cómoda colocada delante de un radiador es una barrera para el calor.
- Utiliza cortinas más gruesas en invierno para las ventanas.
- Abre las ventanas y persianas cuando hay sol para que entre el calor y, si hace frío, evita abrir más de 15 minutos cuando ventiles la casa.
- Coloca alfombras en el suelo para que sea más confortable y no deje huir el calor.
- Si el calor se fuga por las instalaciones de agua, luz o cableado, se pueden utilizar tapones, por ejemplo.
- Si en el baño tienes una rejilla para evitar humedades, puedes sustituirla por una que se pueda abrir y cerrar.
- También es importante que haya persianas en las ventanas que sirvan para evitar el viento, la lluvia y el frío. En el caso de los cajones de las persianas se pueden aplicar espumas aislantes.
- Otra acción más obvia consiste en cerrar las puertas adecuadamente para mantener la temperatura interior de la vivienda.
Si se va a realizar una obra de rehabilitación en casa, puede que sea el momento adecuado para mejorar la eficiencia energética de la misma y lograr unos ahorros en consumo muy importantes. Para ello existen diversas alternativas:
- Cambiar las antiguas válvulas de radiador que tenga la casa por válvulas termostáticas e incorporarles cabezas termostáticas.
- Instalando en la reforma Suelo Radiante Refrescante, para lo que habrá que valorar la altura de la que se dispone para poder elegir el tipo de panel más adecuado.
- Mejorar la envolvente de la casa.
- Cambiar las ventanas.
- Instalar un sistema de ventilación mecánica controlada de doble flujo con recuperación de calor, para lograr que esa vivienda, ya más estanca tras la reforma, tenga la ventilación adecuada para evitar humedades y moho y para asegurar una correcta calidad del aire interior en la vivienda.
- Instalar un sistema de regulación avanzada con una climatización zonificada de la casa, y si este sistema además puede controlar el suelo radiante y la ventilación, además de eficiente y saludable, se logrará el máximo ahorro y nivel de confort y comodidad para el usuario.
En definitiva, se trata de conseguir que tu casa sea eficiente desde un punto de vista energético y de que ahorres en la factura de la luz en los meses más fríos y en los más calurosos del año.
Fuente: Blog Orkli